Monday, September 26, 2022

UNA SOCIEDAD EDUCADA

Félix Miranda Quesada

La Sociedad más educada, no es la que navega entre Títulos Académicos u Honoríficos; una sociedad educada no es la que se mueve entre Doctorados, Maestrías, Licenciaturas y Doctorados Honoris Causa. La sociedad moderna tiene acceso a Grados Académicos como nunca antes lo tuvo; los Doctorados Honoris Causa los poseen, incluso, personas sin un alto grado de escolaridad ni logros o aportes significativos a la ciencia, el arte, la cultura, la educación o la medicina, pues éstos "Doctorados Honoris Causa", los “venden” en varias partes del mundo (puede el lector investigar al respecto).

Tampoco es la sociedad más educada aquella que navega entre religiones de diferente naturaleza y “creyente” en Dios, practicante de rituales rutinarios y diversidad de enseñanzas, todas en nombre de Dios y, la mayoría de las veces, con prácticas extravagantes para impresionar a la humanidad y particularmente a sus adeptos, al mejor estilo de una campaña de marketing.

Y es que, mi afirmación, no nace, en absoluto, de las ganas de escribir algo o mostrarme a los pocos lectores que me leen, como la persona del descubrimiento del siglo, de quien descubrió el secreto de los últimos tiempos, pues lo que se describe en este corto artículo no es algo antojadizo. Basta con revisar la historia, tanto la de larga data como la historia moderna, así como darle seguimiento a las noticias del acontecer nacional e internacional, para descubrir que los casos más grandes de corrupción en el mundo, han tenido como autores intelectuales a personas con altos grados académicos de las mejores universidades del mundo y que, para la “destrucción” de la sociedad en los crímenes de lesa humanidad y las mayores torturas acaecidas, han recurrido a hombres de ciencia con doctorados incluidos.

Tampoco es o debería ser un secreto que, algunas de las peores guerras de la historia han sido llevadas a cabo en nombre de Dios y han sido lideradas por los más altos dirigentes eclesiásticos de organizaciones religiosas a nivel mundial, convirtiendo dichos eventos bélicos en masacres y sangrientos genocidios. Tampoco es o debería ser desconocido para el lector sobre las violaciones masivas a niños, algunas muy recientes, realizadas por máximos líderes religiosos y líderes políticos, tanto en oriente como en occidente, sin excluir América Latina.

Lo anterior nos lleva, indudablemente, a algunas reflexiones y, claro, a ineludibles interrogantes como:

¿Acaso no son necesarias la academia y la ciencia?

¿Qué es una sociedad educada?

¿Dónde se encuentra esa sociedad educada?

¿Pertenece usted y pertenezco yo a una sociedad educada?

¿Qué se requiere para incorporarse a tal sociedad educada?

Interrogantes, las anteriores, que pueden llevar al lector a la reflexión y a sacar sus propias conclusiones, pues, es sabido que durante mucho tiempo se han utilizado como símbolo de educación, a la academia y a la religión y que éstas han penetrado hasta lo más profundo de organizaciones poderosas que, sin representar, necesariamente, una sociedad educada, hacen uso de ellas para confundir a los ciudadanos y distorsionar la verdadera educación.

Nos leemos en un próximo artículo…